La denuncia penal interpuesta por el congresista Jorge Montoya en Perú puso al descubierto el doble discurso de Evo Morales que en Bolivia llama a la unidad y alienta el separatismo en el vecino país, concluyó el analista Rubén Darío Cuéllar, al referirse a este caso que surgió el jueves.

“Acá, Evo Morales, se llena la boca convocando a la unidad nacional. Hay que recordar cómo actuó contra Santa Cruz bajo la hipótesis de que se alentaba un proceso separatista. Por otro lado, en Perú, la denuncia que presentaron contra Morales por alentar, a través de algunos de sus operadores, lo que sería en el país una traición a la patria”, dijo Cuéllar.

Este jueves (5 de enero) se conoció la declaración del congresista Jorge Montoya, quien presentó una denuncia penal en contra de dos ciudadanos peruanos, Germán Alejo Apaza y Vladimir Cerrón, a los que sumó a Evo Morales por los delitos de atentado contra la seguridad nacional y traición a la patria.

Montoya es uno de nueve parlamentarios ultraconservadores, que pertenecen al partido Renovación Popular.

El Congreso peruano tiene 130 legisladores y la presencia de este partido representa el 7% del total de miembros. A este mismo partido pertenece el Congresista José Ernesto Cueto Aservi, quien pidió aprehender a Morales.

Según Darío Cuellar, Morales está sindicado de desestabilizar el sur del Perú y promover la división a través de algunos de sus operadores y según la información que recibió del vecino país, fue por esa razón que promovieron la acción penal en su contra.

“No habrá paz sin justicia social. El Perú profundo demanda una transformación de fondo”, parafraseó Evo Morales el jueves luego de conocer la demanda en su contra.

Al respecto, el Congresista peruano declaró que la demanda ya fue presentada ante la Fiscalía de su país y que debe ser esta instancia la que promueva la captura del expresidente boliviano.

Exteriorizó su “extrañeza” del por qué la Cancillería y Migración de su país permitieron que el exmandatario boliviano visite con tanta frecuencia esta nación sin que las autoridades tomen nota de sus actividades.

A su vez, Cuéllar recordó que las autoridades peruanas pueden impulsar una búsqueda a través de Interpol y también tramitar una orden de captura internacional, como ocurre en cualquier caso. Lamentó que en Bolivia no exista un Estado de derecho que persiga realmente el delito y no se ampare en el poder político.