La crisis universitaria por la tragedia registrada en pasados días en la Universidad Autónoma Tomás Frías (UATF) de Potosí, que se cobró la vida de cuatro universitarias, vuelve a poner en evidencia la permanencia de estudiantes por varios años, a los que denominan “dinosaurios”, pero también dirigentes que lucran. Estos, además, son operadores políticos que controlan el estamento universitario y recurren a todo para ello, como Max Mendoza Parra.

Varios testimonios surgieron de diferentes universidades del país para denunciar el amedrentamiento del que son objeto los estudiantes de base por parte de grupos de choque delincuenciales, al servicio de roscas dirigenciales en la búsqueda de perpetuarse en el poder estudiantil, tal el caso del ejecutivo de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB), Max Mendoza Parra.

Jarlín Coca, exdirigente troskista de la Federación Universitaria Local de la Universidad Mayor de San Simón (UMSS) con la Unión Revolucionaria de Universitarios Socialistas (URUS), terminó la Carrera de Derecho con excelencia académica (1997-2001). Dijo que el dirigente dinosaurio de la CUB es una ficha del Movimiento Al Socialismo (MAS) en el sistema universitario.

“Primero, Max Mendoza no es un ideólogo, un dirigente, él es una ficha del Gobierno, el Gobierno que siempre acostumbra a utilizar las confederaciones, las máximas instancias nacionales y ha utilizado determinados personajes para llevar adelante su política al interior de la universidad”, manifestó.

El especialista en educación Álvaro Puente señaló que este tema de los “dinosaurios” no es un invento de ahora, porque siempre ha existido y específicamente en la Federación Universitaria Local (FUL) de las universidades públicas del país.

“El tema de los tipos que hacen de su profesión ser dirigentes es de tiempo inmemorial, han habido siempre y nunca nadie ha tenido pantalones para ponerle remedio, nunca nadie ha buscado una solución en serio, siempre se ha hablado de que hay que limitar, hay que tener cuidado, pero jamás se ha afrontado el problema de verdad”, aseguró.

Grupos políticos

De acuerdo con Puente, hay grupos políticos a los que les conviene tener un dirigente con arrastre, con mañas suficientes, ya que es difícil formarlo por lo que ahí lo perpetúan.

“Con las gangas que tienen los dirigentes es muy tentador tener acceso ilimitado en el tiempo a esos cargos y esos rangos porque eso trae ventajas no solo económicas muy serias. En todo caso está la mano de los partidos políticos, pero también están los intereses personales de esos dirigentes”, sostuvo.

Complot y sabotaje

Respecto a lo acontecido en la Tomás Frías de Potosí, se considera que no es algo aislado, toda vez que se ha visto la imposición de dirigencias afines al partido gobernante actual, el masismo, a través de la violencia.

“Max Mendoza es un operador político del MAS que organiza a través de la Confederación Universitaria Boliviana (CUB) las dirigencias en las diferentes universidades del sistema. Lo que ha pasado en Potosí es una evidencia de esa intervención política de la CUB del Gobierno, de los grupos que están en pugna”, dijo el exdirigente de la UMSS y abogado, Jarlin Coca.

Aclaró que en la universidad, al igual que en municipios y gobernaciones, hay oficialismo y oposición y que se puede desarrollar normalmente en un escenario democrático, pero que en el ámbito universitario es diferente.

“Lo que pasa es que en las universidades la prebenda, la politiquería, la organización de pandillas ha llegado a tal extremo que no importan ya principios, propuestas, sino que se impone la fuerza de las pandillas y la prebenda”, indicó.

En ese contexto, Coca dijo que la violencia que se generó en la Tomás Frías tenía un objetivo claro: “sabotear el XIII Congreso Nacional de Universidades a desarrollarse en Potosí del 23 y 27 de mayo de este año”, oportunidad en la que se tenía que elegir al nuevo directorio del Comité Ejecutivo de la Universidad Boliviana (CEUB).

“En esa asamblea se tenía que discutir la selección de la FUL y tenía que discutirse también la forma de elección de los delegados al Congreso Nacional de Universidades. Ese ha sido un problema, se estaba definiendo el poder de la Tomás Frías ahí en esa asamblea, o sea cómo se iba a organizar, porque el congreso tiene que elegir a un ente muy importante, la CEUB, que es la máxima representación de todo el sistema nacional”, indicó Coca.

Modus operandi

En ese aspecto, otros exdirigentes de diferentes universidades del país, en contacto con Erbol, hablaron sobre el modo de operar de Mendoza al interior del sistema universitario para prorrogarse e imponer a sus afines en diferentes FUL.

Paralelas

Kevin Félix Peña es dirigente de la FUL de la Universidad Técnica de Oruro (UTO) y relató que esa casa de estudios superiores cortó con esta representación debido a actos vandálicos.

Según informes, Mendoza desde 2013 se encuentra al frente de la CUB, pero uno de los eventos que lo reelige fue realizado de manera paralela y con sus adherentes.

“Planteamos que se elija a una nueva dirigencia que sea más joven y representativa, con nuevos valores. Sin embargo, Mendoza hizo un congreso paralelo y fue reelecto como dirigente universitario del CUB por el periodo 2017-2020. El evento se realizó en Vallegrande”, señaló Peña.


Movidas

El exdirigente de la FUL de al UMSA, Jaime Jesús Grajeda, quien se identifica como seguidor del proceso de cambio, pero que no es militante, aseguró que para llegar a asumir el cargo (2016) le costó mucho sacar a una federación y que en ese periodo Mendoza ya trabajaba para quedarse en la CUB.

“Mendoza gestiona una nueva FUL a la cabeza de Álvaro Quelali para recibir respaldo (...). Genera ese tipo de acciones políticas y se logra apostrofar (achacar, atribuir) el poder político que tiene cada rectorado, docentes y el CEUB”, indicó.

Agregó que de ahí existe una dirigencia maleada de la FUL, porque quienes le sirven de soporte de poder a la CUB son las FUL.

Elecciones fraudulentas

Alexander Cruz Bustillos, exdirigente de la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, explicó que Max Mendoza lleva adelante elecciones fraudulentas para elegir las representaciones estudiantiles truchas, que son reconocidas por los rectores.

“Llaman a asamblea con grupos de choque, delincuentes y grupos de seguridad. Después de llamar a asamblea, se apropian del comité electoral, llaman a elecciones, perjudican a los frentes sanos y opositores y en el conteo general, como en

Sucre, los han expulado por fuerza bruta y ahí modifican los resultados y después aparece Max Mendoza o alguien del comité electoral y los posesionan, después los rectores avalan”, explicó.

Recordó que por estas acciones han fallecido varios estudiantes de la UPEA.

LA CEUB ES CLAVE PARA NEGOCIAR EL PRESUPUESTO

Los exdirigentes de la FUL consideran que el Gobierno busca mantener en sus manos al CEUB para tener ventaja en las negociaciones del presupuesto universitario de las universidades públicas del país. “La CEUB, que es la máxima representación de todo el sistema nacional y es la que media la negociación entre el Estado y las universidades del presupuesto universitario y eso no es poco dinero. Por eso, el Gobierno apuesta por su control porque de esta manera manipula y evita movilizaciones.

PROPONEN NORMAS PARA REGULAR PERMANENCIA

El escándalo sobre la permanencia de Max Mendoza Parra en la universidad por 33 años ha ocasionado que diferentes sectores, entre ellos el partido gobernante, planteen regular el tiempo de estudio en las casas de estudios superiores.

“Por culpa de unos cuantos dirigentes que se eternizan en la universidad para continuar lucrando, no puede perjudicarse a miles de estudiantes que avanzan de manera lenta, pero por diferentes circunstancias, no porque estén en actividad política”, dijo el experto en educación Álvaro Puente.

Según analistas, no es posible que se tenga que involucrar o que se ponga en la misma bolsa a estudiantes que no pudieron salir en un tiempo prudente, pero debido a que tienen que trabajar, son madres solteras, entre otros, que ven la forma de ir avanzando en sus carreras.

“Lo único que cabe es poner normativas que impidan que se dé esto, tiene que haber un reglamento en la universidad, en las FUL, para limitar el tiempo de permanencia en la universidad, porque hay gente que hace dos carreras, hay gente que le cuesta y va lento en una carrera, pero lo que se puede hacer es limitar el tiempo de ejercer cargos electivos”, reflexiona Puente.

En ese contexto, señaló que no se trata de hablar de la autonomía, porque esta es una situación que se debe regular a través de una normativa que impida la permanencia de los dirigentes.

ESTUDIANTES PIDEN CAMBIO DE DIRIGENCIAS

El sistema universitario de Bolivia está en el ojo de la tormenta. La pugna por manejar la dirigencia estudiantil, que derivó en hechos que provocaron la muerte de cuatro estudiantes en Potosí, ha sido el detonante para que en otras universidades se demande el cambio de sus dirigentes y elecciones limpias.

En pasadas horas, estudiantes de la Universidad Autónoma Juan Misael Saracho de la Facultad de Ciencias Económicas y Financieras tomaron de forma pacífica el campus universitario, ubicado en la zona El Tejar de la ciudad de Tarija, en demanda de la renovación de la Federación Universitaria Local (FUL).

La elección de la Federación Universitaria Local de la Universidad Autónoma José Ballivián (UABJB), en Riberalta, Beni, desató enfrentamientos y discusiones entre estudiantes que denunciaron irregularidades en los comicios realizados el jueves.

La noche del miércoles, fue denunciado Madekadel Vaca, secretario ejecutivo de la FUL en la universidad pública de Beni, quien es estudiante universitario 20 años.