Ante los constantes cuestionamientos a los operadores de justicia, sumado a las crecientes demandas regionales por participación y recursos, la politóloga y excandidata a la vicepresidencia Shirley Franco Rodríguez señaló que tanto la justicia como las autonomías son dos grandes deudas que el Estado Plurinacional de Bolivia tiene con su población. 

La exparlamentaria manifestó que al hacer un balance del camino recorrido en el país, a partir de su nueva faceta como “Estado Plurinacional” es preciso reconocer que ha habido avances en aspectos institucionales, como socioculturales, pero también se han presentado características que opacan estos logros “y se constituyen en una amenaza”.

Destacó como un aspecto positivo el creciente y masivo interés del ciudadano para participar e involucrarse en la administración del Estado, sin embargo, esta “democratización profundizada” es distorsionada por movimientos con influencia sobre el Estado, cometiendo excesos en desmedro de otras grandes mayorías que no se encuentran organizadas en la sociedad.

“Se invalida la participación individualizada y se pondera el corporativismo y la capacidad de movilización, llegando al extremo de secuestrar la cosa pública para satisfacer intereses de sectores”, indicó recordando el reciente conflicto con sectores denominados antivacunas.

La especialista también observa una mayor visibilidad, que no significa mayor participación, de sectores como mujeres, indígenas, comunidad LGTB, personas con discapacidad, inmigrante, entre otros, sectores que han permeado el Estado pese a una lógica elitista que aún conserva la Bolivia Plurinacional. “En síntesis hay visibilidad de la diversidad, pero no una inclusión genuina de sectores minoritarios”, puntualizó.

En el aspecto legislativo en materia de derechos, se deben destacar la Ley 348 para una vida libre de violencia, el DS que dota seguro de salud a las trabajadoras domésticas, la Ley 807 de identidad de género, entre otras, son avances que lastimosamente no han trascendido la retórica, pues a la fecha, el Estado es el principal responsable del retroceso en esta materia, como se detalla en los informes de organismos internacionales encargados de medir el cumplimiento, vigencia y respeto de los derechos humanos.

A esto se suman los avances en el área de la educación, referidos a la disminución de la deserción escolar y el analfabetismo, sin embargo, los desafíos en el nuevo tiempo están más enfocados en el acceso a nuevas tecnologías y la brecha digital.

“La pandemia ha mostrado crudamente lo arcaico y primitivo que sigue siendo el enfoque educativo en el país”, sostuvo.

Franco manifestó que uno de los aspectos que denota el mayor fracaso del Estado Plurinacional es la justicia, agobiada por la distorsión en materia jurídica y la falta de independencia, al grado que “cuando un funcionario del Órgano Judicial hace su trabajo con imparcialidad política es noticia nacional y merecedor de elogios”, dijo.

Por otra parte, afirmó que un elemento que debe ser analizado es la descentralización y las Autonomías, que desde que se instaló la Asamblea Constituyente son la deuda del Estado con el país y las regiones, siendo que hasta ahora solo tres departamentos cuentan con estatutos autonómicos aprobados y de 337 municipios solo 24 tienen cartas orgánicas. “Esto da cuenta que el Estado Plurinacional es en esencia centralista, vertical y jerárquico”, refirió Franco.

A los cuestionamientos se deben sumar las observaciones al manejo económico del país, que ha generado incertidumbre laboral, empleo vulnerable, asfixia tributaria e inseguridad jurídica, todos como un sello del Estado Plurinacional.

La analista finalizó señalando que a lo largo de los 13 años de Estado Plurinacional, la polarización se ha agudizado y ha alimentado radicalismos que merman la democracia. “Nos hacen caminar al filo de la institucionalidad, tal como pasó en 2019”, sostuvo.