Después de dos años, con varios de sus líderes detenidos y dos de ellos sentenciados, la Resistencia Juvenil Cochala (RJC), aquel grupo que ha generado anticuerpos y elogios desde su participación durante los conflictos de octubre y noviembre de 2019, ha retornado anoche a la escena.

La agrupación se ha rearticulado con la finalidad de "apoyar" las manifestaciones ciudadanas en contra de la Ley 1386 de Estrategia Nacional de Lucha contra la Legitimación de Ganancias Ilícitas y el Financiamiento del Terrorismo.

Antes, la Resistencia se pronunció en contra de las medidas del gobierno de Evo Morales y de la continuidad del exmandatario, observado por presuntas irregularidades en el proceso eleccionario de 2019. Aquello dio lugar a un paro cívico que se extendió por 21 días. Ahora, la RJC resurge para brindar su respaldo a las movilizaciones que le demandan la abrogación de la norma al gobierno de Luis Arce.

Hace poco, puntualmente el 27 de octubre de este año, Mario “Tonchy” Bascopé Revuelta, integrante de la Resistencia, fue condenado a 10 años de cárcel por tráfico de sustancias controladas.

“Informamos al pueblo boliviano que el señor Mario Bascopé, uno de los líderes de la organización parapolicial Resistencia Juvenil Cochala, fue sentenciado a 10 años por tráfico de sustancias controladas”, había dicho el ministro de Gobierno, Eduardo del Castillo, en una publicación de su página oficial en Facebook.

Anteriormente, Roger Revuelta había recibido 12 años y 6 meses de cárcel por los presuntos delitos de tentativa de asesinato y lesiones graves al periodista Adair Pinto.

Yassir Molina, uno de los principales líderes de la agrupación en los conflictos postelectorales de octubre y noviembre de 2019, actualmente se encuentra recluido en el penal San Pedro de Oruro, en tanto que Milena Soto tiene detención domiciliaria en Cochabamba y Jaime Maldonado debe presentarse cada 10 días ante el Ministerio Público.

Entre los cargos por los que son procesados está el daño a las oficinas de la Fiscalía General del Estado en Sucre. También se les imputó en Cochabamba por los delitos de organización criminal, privación de libertad, lesiones graves y leves, delitos contra la salud pública, instigación a delinquir, impedir o estorbar el ejercicio de la función pública y fabricación o tenencia de sustancias explosivas.

REGRESO "TRIUNFAL"

Aunque sin los escudos que los caracterizaron durante los conflictos de hace dos años y sin las vestimentas en común, los integrantes menos conocidos de la RJC volvieron a juntarse. Eso sí, a bordo de motos, como también lo hicieron en el pasado.

Su aparición fue ovacionada por plataformas ciudadanas. Hombres y mujeres aplaudieron anoche su paso, elevando banderas tricolores.