Este 10 de noviembre se cumplen dos años de la renuncia de Evo Morales a la Presidencia de Bolivia y la posterior sucesión de Jeanine Áñez como primera mandataria del país, producto de la crisis política de 2019.

Al menos 10 hechos e hitos marcaron las jornadas de octubre y noviembre de 2019, que, a decir del analista político Rolando Tellería, han generado una crisis que se extiende hasta hoy y han producido una profunda polarización.

La crisis de 2019 tiene dos antecedentes importantes: la derrota del MAS en el referendo constitucional del 21 de febrero de 2016, en el que Bolivia dijo No a la reelección indefinida, y la decisión del partido gobernante de no hacer caso a este resultado y habilitar a Evo Morales como candidato con base en un polémico fallo del Tribunal Constitucional, en 2017.

“A dos años de la renuncia de Morales, para otros, golpe de Estado, y luego de la recuperación del poder por parte del MAS, es intenso el debate entre estos dos relatos. El MAS, a toda costa y con más recursos de poder -con la Fiscalía y el poder judicial a ‘su merced’, pretende imponer el relato de golpe de Estado”, dijo el analista Rolando Tellería.

Como hitos intermedios, están las elecciones primarias de enero de 2019 y los incendios forestales en la Chiquitanía.

La fecha central es el 20 de octubre, día de las elecciones generales. A las 19:40 comenzó la tormenta: el conteo rápido del Órgano Electoral se paralizó con resultados que preveían una segunda vuelta entre Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana, y Evo Morales.

Cuando el sistema “volvió” 24 horas después, Morales tenía una ventaja que le garantizaba ganar en primera vuelta. Explotaron las denuncias de fraude electoral.

El Gobierno firmó un acuerdo con la Organización de Estados Americanos (OEA) para una auditoría electoral, pero esto no aplacó las protestas.

La violencia tomó las calles. Las principales ciudades del país se volvieron campos de batalla. La Policía, rebasada, se amotinó el 8 de noviembre y eso inclinó la balanza a favor de los colectivos ciudadanos y cívicos que, para esa fecha, habían cambiado su pedido de segunda vuelta por el de anulación de las elecciones y renuncia del presidente.

El 10 de noviembre renunció Morales a la primera jefatura del país. Sus principales ministros y colaboradores pidieron refugio en embajadas y toda la cadena de mando dimitió.

Así, el 12 de noviembre, con Morales ya en México, la segunda vicepresidente del Senado, Jeanine Áñez, hasta entonces poco conocida, quedó como única habilitada para el cargo y se proclamó presidenta transitoria del país. Un comunicado del Tribunal Constitucional validó esta sucesión.

El 24 de noviembre se aprobó la Ley 1266 de convocatoria a nuevas elecciones, se conformó un nuevo Tribunal Electoral y mediante la Ley 1270 del 20 de enero de 2020 se extendió el mandato constitucional de todas las autoridades hasta las nuevas elecciones.

Para el abogado Juan del Granado, la crisis política se explica mediante al menos cinco elementos: el vaciamiento del proyecto político del MAS, el referendo del 21F, la falta de renovación de liderazgos políticos, el fraude electoral del MAS en 2019 y, finalmente, la recomposición del MAS en 2020 y su victoria electoral producto de los errores del Gobierno transitorio de Jeanine Áñez.

HAY RIESGO DE ENFRENTAMIENTOS

Para el abogado Juan del Granado, la crisis irresuelta de 2019 y las decisiones equivocadas del Gobierno pueden llevar al país a un nuevo periodo de violencia, como el de 2019. Señaló que el MAS no ha cambiado su intención autoritaria y que los escenarios de esa crisis se están repitiendo, además que no hay una intención real de afrontar los grandes problemas del país.

“EN 2019 LAS CALLES FUERON PROTAGONISTAS”

Para el analista político Rolando Tellería, en la crisis de octubre y noviembre del 2019, las calles asumieron un rol protagónico y desplazaron los espacios formales de la política, que en ese momento no pudieron resolver la crisis.

“Las calles, entonces, se convierten en el núcleo de las decisiones políticas. Los bandos en disputa, en consecuencia, ‘adoptan estrategias militares’ para asumir el control de esos espacios. De ahí, precisamente, se originan estos términos de ‘cercar’ y ‘sitiar’. En un principio, la Policía, hasta coadyuvó con esas estrategias del MAS”, señaló.

Recordó que el MAS quiso “tomar” Cochabamba, con “sus milicias disfrazadas como “movimientos sociales”, pero no lo logró por la organizada resistencia que ejercieron las clases medias citadinas”.

Al final, después de 21 días de resistencia organizada en las calles, lograron la salida de Morales, quien acorralado por las circunstancias renunció, aseveró.

En este desenlace final, fue determinante el rol de la Policía “amotinada”. Eso, cambió radicalmente la correlación de fuerzas.

Antes de la renuncia, todavía aferrándose al poder y con la presión de las calles de por medio, Morales anunció la anulación de las elecciones cuestionadas y la renovación completa de la composición del OEP.

“Ese anuncio fue tardío, pues las calles que, en un principio demandaban la anulación de las elecciones, pasaron a exigir su renuncia”, indicó.