Este domingo, los cubanos hartos de las crisis económica y sanitaria que castigan la isla salieron a la calle y levantaron la voz. A gritos de «¡Libertad!», «¡Patria y Vida!», «¡Abajo la Dictadura!», «¡No tenemos miedo!» y «¡Díaz-Canel, singao!», miles de cubanos residentes en el municipio San Antonio de los Baños, provincia de Artemisa, dijeron basta al régimen. Fue el origen de un estallido de protestas que se extendieron por todo el país en una ola multitudinaria que no se veía desde el conocido como el ‘maleconazo’, en 1994.

La manifestación pacífica fue transmitida en vivo por varios de los participantes, a través de las redes sociales, quienes caminaban por las céntricas calles de la ciudad, frente a decenas de oficiales de la Policía Nacional Revolucionaria y de la Seguridad del Estado, quienes no pudieron hacer nada para frenarlo.



Desde hace varios meses, en Cuba se ha agravado la crisis económica y sanitaria. Solamente en los últimos tres días, se han reportado las cifras más altas de contagios y muertes por Covid-19, desde el inicio de la pandemia en el país, hace más de un año, situándose en 6.400 casos. Fue precisamente ayer cuando el número de contagios alcanzó su pico máximo, con 6.923 casos. También el número de fallecidos, con 47 muertes. La provincia más afectada de toda la isla es la de Matanzas.

Ante la grave situación, cubanos dentro y fuera de la isla han lanzado un llamamiento de SOS Cuba, pidiendo una intervención sanitaria, llegando incluso a recaudar fondos, alimentos y medicinas para enviar al país, y exigiendo al régimen la apertura de un canal humanitario para viabilizar la llegada de las ayudas.

Lo que ha colmado el vaso ha sido también la falta de eficacia de la vacuna cubana Abdala, que la propaganda del régimen asegura tiene más del 92% de eficacia frente al virus. Ya se han reportado varios casos de contagio a personas que habían recibido las tres dosis que se requieren. Y en algunos medios independientes se ha hablado incluso del fallecimiento de varias personas tras recibir la vacuna. Esto ha incrementado la desesperación de la población, que ha visto como se la ha obligado a confinarse para evitar la propagación de la pandemia (también para neutralizar cualquier acto de protesta), mientras el Gobierno de Díaz-Canel daba luz verde a la llegada de turistas, mayoritariamente procedentes de Rusia, a Varadero. Para Cuba el turismo es su principal fuente de ingresos junto con las misiones internacionales de médicos, calificadas por la ONU como de trabajo forzoso. Abrir las fronteras al turismo de manera prematura habría provocado esta tercera ola. La peor hasta el momento.

La gravedad de la crisis sanitaria se suma la extenuante situación económica que sufre el país, con largas colas en los mercados para acceder a alimentos (lo que también favorece la propagación del virus) y otros suministros básicos, la inflación, la falta de medicamentos y largos cortes de electricidad.

Lo inédito de la situación llevó al propio presidente, Miguel Díaz-Canel, a hacer acto de presencia en San Antonio de los Baños. Allí transmitió a los congregados su comprensión ante la situación que atraviesa la isla, y les pidió calma. Mientras tando las fuerzas de la Seguridad del Estado habrían detenido a algunos de los manifestantes.

La multitudinaria manifestación en San Antonio obligó a las autoridades a sacar a la calle a las Brigadas de Respuesta Rápida, a los militares, para reprimir a la población utilizando gases lacrimógneos. Pero para entonces las imágenes de los miles de personas protestando ya se habían hecho virales en toda la isla -a pesar de que, como sucede habitualmente, internet fue cortado pocas horas después-, lo que provocó la inmediata convocatoria de concentraciones en otras ciudades del país. Se conoció que residentes en el oriente del país, en Palma Soriano, provincia de Santiago de Cuba, también se habían lanzado a las calles con denuncias y demandas similares. A ella se unieron otras, como la ciudad de La Habana, donde la movilización fue rápidamente reprimida al cierre de esta edición.
Discurso 'guerracivilista'

El estallido de protestas simultáneas en toda la isla obligaron al presidente cubano a dirigirse a la población a través de la televisión estatal a las cuatro de la tarde (hora local). En su intervención, tras restar importancia a las marchas integradas según el mandatario por grupos de pequeñas localidades, subrayó que la calle es de los revolucionarios, y aseveró que están dispuestos a todo por defenderla.



Díaz-Canel, en un discurso que ha sido calificado por la disidencia de peligrosa confrontación y ‘guerrcivilista’, llamó a los manifestantes «contrarrevolucionarios» y «mercenarios», vendidos a los EEUU, que «reciben dinero de las agencias», y aseguró que habrá una respuesta. Asimismo, convocó «a los cubanos revolucionarios y a los comunistas a salir a la calle» a enfrentar desde ahora a quienes protesten.