“Autoritario”, “dictadorcillo”, “promueve el odio” y “sociópata” son algunos de los adjetivos que recibió el expresidente Evo Morales luego de que afirmara que la única reconciliación posible en Bolivia pasará porque los opositores acepten su ideología.
“No comparto cuando algunos dicen que haya reconciliación. No va a haber reconciliación con fascistas, racistas, salvo que entendieran que nuestra ideología y nuestro programa están bien para Bolivia”, afirmó ayer el exmandatario en su programa radial de los domingos.
En la entrevista, difundida por la Radio Kawsacun Coca, de propiedad de las Seis Federaciones del Trópico de Cochabamba, el expresidente rechazó los pedidos de algunos sectores del Movimiento Al Socialismo (MAS) que buscan la “reconciliación” del país, y marcó distancias con la “derecha”, a quienes acusó de hacer política “sólo para sus familiares”. Dijo que el MAS es un “movimiento político que da dignidad a Bolivia”, por lo que no se necesita a partidos de derecha.
Aseguró que los militantes del MAS que hablan de renovación en el partido son “oportunistas” y dijo que el partido ya está “superando” esta tesis. En su intervención Morales también atacó a la Iglesia.
Reacciones
Para el expresidente Jorge Quiroga, “hace 21 meses Evo tildaba de racistas a los que rechazaban auditoría electoral de la OEA (Organización de Estados Americanos), señalando que ésta probaría si hubo fraude en Bolivia. Después él la rechazó, proclamándose racista”.
“Hoy, el expresidente está histérico y confundido, sólo ofrece odio, insultos y venganza”, publicó en su cuenta de Twitter.
El exembajador de Bolivia ante la OEA Jaime Aparicio aseveró que Morales no cree en la democracia; lo guía el resentimiento y la maldad. “Utiliza su poder para imponer su verdadera ideología: la vulgaridad. Quien no sea primitivo como ellos, quien no piense como ellos, debe ser encarcelado, exiliado o asesinado”, escribió.
El diputado de Comunidad Ciudadana (CC) Enrique Urquidi dijo que Morales “no tiene moral” para hablar de reconciliación cuando precisamente es quien ha impedido lograrla, “gracias a su angurria patológica por el poder y su decisión de enfrentar a los bolivianos. Morales es parte del problema y parte del pasado”.
El activista Ramiro Calasich dijo que “si algo se le puede reconocer es su consecuencia con su filiación totalitaria. El hecho que llama la atención, y que es digno de la psiquiatría o de la entomología, es la creencia opositora de que pueden haber diálogo y acuerdos”.
El diputado de CC José Ormachea criticó que Morales diga que no va a dialogar con nadie mientras no acepten que él tiene la razón.
“Con razón no lo quieren ni adentro de su partido. Pobre sociópata”, escribió.
El activista Marco Zelaya señaló que “si yo tengo una ideología, tengo que estar dispuesto a defenderla y más en democracia, que exige un debate amplio, robusto. Entonces, Evo tiene que debatir su ideología en un escenario público, para que la ciudadanía la conozca”.
MORALES ATACA A LA IGLESIA Y A CAMACHO
En su alocución, el expresidente Evo Morales se refirió a la jerarquía de la Iglesia católica como “golpista” por supuestamente apoyar la gestión de Jeanine Áñez.
El exmandatario dijo que cree que en Santa Cruz se puede gestar un plan separatista en base al conflicto de los asentamientos de tierras. “Quieren expulsar a los interculturales”, denunció, señalando al actual gobernador, Luis Fernando Camacho, como uno de los responsables.
También lanzó sus dardos contra el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, por el supuesto golpe de Estado. Aseguró que fue un “Plan Cóndor del siglo XXI”.
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