El acto duró 11 minutos, con foto oficial incluida de embajadores y representantes de la Iglesia con la presidenta Jeanine Áñez que sostenía la Ley de Convocatoria a Elecciones. Se suponía que este acto político debía poner fin al conflicto, pero los principales dirigentes de la COB y el Pacto de Unidad, que protagonizan las protestas, no estaban presentes, no llegaron nunca.

Ministros e invitados especiales estuvieron en el acto, pero no los dirigentes cobistas que una hora antes habían denunciado que esta ley fue aprobada a espaldas de los sectores movilizados. El ejecutivo de la COB, Juan Carlos Huarachi, dijo que nunca participaron de una reunión que consensúe la demanda de los trabajadores y que este fue un acuerdo político de tres partidos.

Segunda pacificación

“Estamos aquí reunidos para impulsar la pacificación del país, es la segunda vez que lo hacemos en esta gestión y por eso concuerdo con quienes llaman a este proceso que impulsamos, como la segunda pacificación”, dijo en su discurso Áñez, reforzando que su gobierno apuesta por el diálogo antes que por la guerra.

“Mana” (no), fue la respuesta de la ejecutiva de las mujeres campesinas, Segundina Flores, cuando le consultaron si esta ley levantaba el bloqueo de caminos en el país. “Nuestros dirigentes ya han hablado”, dijo antes de abandonar la reunión que convocaron.

En palacio, la presidenta aprovechó su discurso para pedir, nuevamente, los recursos que le permitirán pagar el denominado, Bono Salud. 

También reparó en el pago por adelantado del aguinaldo a los rentistas y enseguida pidió liberar el dinero de un crédito internacional a la Asamblea para pagar el último bono que creó su Gobierno. 

“Por todo ello promulgo esta ley que confirma el 18 de octubre como fecha de las elecciones”, fue el cierre de su mensaje.