Senkata volvió a ser un punto de tensión. Al barrio de la ciudad de El Alto, que en los conflictos del año pasado fue como un campo de batalla, llegaban varias personas que son parte de sectores sociales afines al Movimiento Al Socialismo (MAS). Mineros, campesinos, padres de familia, cocaleros del Chapare y dirigentes vecinales, entre otros, se adueñaban de las calles para iniciar una marcha que llegaría al centro alteño para realizar un cabildo. En la protesta no hubo el distanciamiento social aplicado para la época de crisis sanitaria y se evidenciaron ataques a periodistas y personal de salud.

El cabildo que decidió otorgar un plazo de 72 horas al Tribunal Supremo Electoral (TSE) para que restablezca el 6 de septiembre como la fecha de las elecciones, terminó con los ánimos caldeados. Un grupo de personas atacó a personal de salud y dañó una ambulancia. A los costados varios individuos alentaban esta agresión mientras un ciudadano rompía el retrovisor del motorizado, que se vio obligado a retroceder por el bloqueo que hicieron los participantes del cabildo. Este episodio está reflejado en vídeos de personas que estaban en el lugar.

Más temprano, los movilizados iniciaban su recorrido desde Senkata. No todos utilizaron barbijos, pero una mayoría sí lo hizo. Un amauta hizo una ofrenda para proteger a los protestantes. Se hacían filas. La marcha la encabezó la dirigencia de la Central Obrera Boliviana (COB). En primera línea estaba su líder, Juan Carlos Huarachi. Atrás se enfilaban los mineros. Y línea tras línea se veía que no había el distanciamiento social requerido para evitar contagios de Covid-19.

La agresión también se evidenció en la marcha. Un sujeto agredió a una periodista porque estaba filmando la movilización. El individuo se acercó y chocó con su brazo al teléfono celular de la reportera. Luego varias personas gritaban a la comunicadora y evitaron su trabajo periodístico. Durante el cabildo también se vieron agresiones a trabajadores de la prensa.


Al respecto, la Defensoría del Pueblo reprochó los ataques contra periodistas y personal de salud y pidió a la Fiscalía investigar estas agresiones de afines al MAS. Además, la institución exigió a estos grupos identificar a las personas que atacaron a los trabajadores de la prensa y a quienes dañaron la ambulancia que cumplía su trabajo en la ciudad de El Alto.

"La Defensoría del Pueblo condena los daños cometidos contra ambulancias y, en general, cualquier acto que ponga en riesgo la prestación de servicios de salud o la integridad del personal de esta área, sin considerar la actual coyuntura con sacrificios de médicos y enfermeras, quienes ponen en riesgo su vida, salud e integridad al estar a la vanguardia de la lucha contra la pandemia Covid-19", dice el comunicado de esta entidad.

Mientras los marchistas abandonaban el punto del cabildo, hubo personas que dañaron las jardineras de las avenidas del centro alteño. Otros individuos destrozaron cámaras de vigilancia. El ministro de Gobierno, Arturo Murillo, calificó de "pequeña" la movilización de los afines al MAS y lamentó los destrozos que se dieron en el lugar.