Pese a la determinación de mantener la cuarentena total en Sucre hasta el 31 de mayo, durante la última semana, la décima de confinamiento, la población se volcó a las calles, los negocios abrieron sus puertas, los vehículos circularon casi de manera normal, incluso se realizaron viajes interdepartamentales desde la Terminal de Buses. La cuarentena total se vulneró.
En los últimos días, Correo del Sur Digital recorrió el centro de la ciudad, el sector de la plazuela Cooperativista (mercado Campesino) y el estadio Patria, además de la Terminal de Buses, donde muchos conductores se animaron a vulnerar las restricciones.
Las ferreterías y comercios de la avenida Jaime Mendoza y otras zonas atienden a los ciudadanos con total normalidad. Si bien se observó que muchas personas utilizan los barbijos, la mayoría no respeta el distanciamiento social recomendado por las autoridades de salud para evitar la propagación del covid-19.
El motivo de la violación a la cuarentena, afirman los comerciantes, es la necesidad de generar ingresos, ya que la cuarentena golpeó sin contemplaciones a su economía. "Sería bueno que pregunten de que va a vivir esta gente si no sale a vender", reclamó un ciudadano.
Algunos chóferes de vehículos y motocicletas contaban con un permiso de circulación, al resto no le falta un pretexto para tratar de explicar su osadía; transitan por las calles imprimiendo grandes velocidades, poniendo en riesgo la integridad de los demás o provocando accidentes al no respetar los semáforos.
En las calles, también se encuentran los trabajadores que “viven del día”; ellos argumentan que necesitan trabajar para alimentar a sus familias y lamentan que sus principales actividades que les generaban recursos económicos continúen paralizadas. "Queremos trabajar", dijo uno de ellos.
Las personas varadas en la capital también se muestran desesperadas por retornar a sus lugares de origen. Pese a los elevados costos de los pasajes, ellos tratan de acomodarse en alguno de los viajes de empresas que afirman estar autorizadas para el transporte interdepartamental, los fines de semana; aunque los vecinos de la zona informaron que al día salen y llegan alrededor de dos buses.
“Estamos vendiendo pasajes para la ciudad de La Paz (…) Contamos con la autorización de tránsito y los pasajeros del Sedes (Servicio Departamental de Salud)”, afirmó un vendedor de pasajes.
Ante el cierre de estas instalaciones, las empresas se dieron modos para vender los pasajes, dejando carteles en la malla perimetral de la Terminal con el nombre de la empresa y los números de contacto.
Otro detalle no menor. Las aceras y calles se convirtieron en lugares perfectos para ofrecer todo tipo de productos, ante la imperiosa necesidad de generar recursos económicos, el nulo control de las autoridades y la poca conciencia de las personas que recorren diferentes arterias de la ciudad sin respetar las restricciones de salidas, ocasionando aglomeraciones en diferentes lugares.
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